lunes, 15 de octubre de 2007

Imágenes finales del Che - Las últimas fotos...

Pacho O’Donnell - El 8 de octubre de 1967 Ernesto El Che Guevara es herido y apresado por los rangers bolivianos entrenados por los boinas verdes norteamericanos. El capitán Gary Prado, el jefe del batallón, lo conduce hasta el pequeño poblado de La Higuera, donde es encerrado en su escuelita, junto con Willy Cuba, un valiente guerrillero boliviano que prefirió permanecer junto a El Che en vez de intentar el escape.

No tardará en llegar la orden de La Paz: El Che debe ser asesinado. Quien se encargará de dicha tarea es el sargento Mario Terán, elegido al azar por el coronel Zenteno entre los siete suboficiales presentes.

Che Guevara
La escuelita. Ernesto El Che Guevara, herido y apresado por rangers bolivianos -que fueron entrenados por boinas verdes estadounidenses- es llevado al pequeño poblado de La Higuera, donde es encerrado en su escuelita. Se lo ve casi de perfil, con las manos atadas. Faltaba poco para que fuera asesinado, cumpliendo la orden dada por el gobierno de La Paz. (Clarín. Bs. As. Argentina.)

Federico Arana Serrudo era, en aquel octubre de 1967, Jefe de la G2, Inteligencia Militar del Estado Mayor boliviano. Hace pocos meses se dieron a conocer en Colombia fotografías que estuvieron en su poder a lo largo de los años transcurridos desde la tragedia de La Higuera. Son documentos de inmenso valor historiográfico. Dos de ellas muestran a El Che vivo, dentro de la escuelita. En una de ellas se lo ve casi de perfil sentado con las manos atadas.

La otra nos da un impresionantemente nítido primer plano de su rostro que conmueve por la expresión de serena intensidad en quien ya se sabía condenado.

Ché Guevara
“Cuando el piloto disparó su cámara en ese lugar humildísimo, el ‘Che’, rodeado de enemigos, en el más absoluto desamparo, herido de bala, habiendo escuchado cómo se asesinaba al heroico Willie Cuba en la habitación de al lado, mostró que sí es verdad, como escribió Sartre, que “la vida no es más que un chispazo entre dos tinieblas”. El único sentido de la misma es lograr que ese chispazo se vuelva una llamarada que perdure en las retinas de las mujeres y los hombres de buena voluntad, cualquiera sea su ideología”. (Fotografía y texto tomado del Diario El Comercio. 13 abril 2006).

Otras tres fotos lo muestran desangrándose sobre el piso, pocos segundos después de su muerte, junto a uniformados con fusiles en sus manos. Una de ellas parecería reflejar el momento del tiro de gracia, quizás a cargo de Terán, su verdugo.

Otra de las fotos que en un dramático primer plano refleja la expresión de Guevara luego de ser ametrallado nos interroga acerca de su milagrosa conversión en el maravilloso rostro del Cristo yacente en la lavandería de Vallegrande.

Es muy interesante también aquella en la que aparece sobre una camilla con los ojos cerrados, confirmando que fue el viento del trecho aéreo entre La Higuera y Vallegrande quien se los abrió y fijó esa mirada que inmortalizó el fotógrafo Freddy Alborta. Por fin está también documentado el cadáver de Guevara atado al patín del helicóptero.

Ché Guevara II
Verdugos. Guevara, desangrándose sobre el piso, segundos después de haber sido ametrallado. En la foto aparecen dos uniformados, con fusiles en las manos. Parecieran reflejar el momento del tiro de gracia, quizá a cargo del sargento Mario Terán, su verdugo, quien fue elegido al azar entre siete suboficiales. (Clarín)

Ché Guevara muerto
El cadáver. Otro soldado observa y toca el cadáver de El Che. Su cuerpo, tirado en el piso, está bajo una inmensa mancha de sangre. Algunas de estas fotos fueron tomadas por el piloto del helicóptero que transportó a integrantes del grupo que participó de la muerte de Ernesto Guevara. Entre ellos, el agente de la CIA, Félix Rodríguez, quien decía ser capitán del ejército boliviano. (Clarín. Bs. As.)

¿Cómo llegaron dichas fotos a poder de Arana? En el helicóptero que se dirigió desde Vallegrande hacia La Higuera para transportar muertos y heridos en la postrer batalla del Churo sólo cabían dos personas. El coronel Joaquín Centeno Anaya, Comandante de la 8ª. División, decidió dejar en tierra al Jefe de Inteligencia de su división, el coronel Arnado Saucedo Parada, y en su lugar embarcó al agente de la CIA, Félix Rodríguez, escudado en la falsa identidad de capitán del ejército boliviano Félix Ramos quien tendría una activa participación en la muerte del revolucionario argentino. Saucedo encarga entonces al piloto, mayor Niño de Guzmán, que tome fotos de El Che vivo y para eso le entrega su cámara.

En su libro Shadow Warrior (Guerrero de la sombra) Rodríguez contará que abrió al máximo el objetivo de dicha cámara para velar sus fotos y para que fueran sólo las suyas, es decir las de la CIA, las que dieran cuenta de lo que allí sucedía.

Cadáver del Ché
Ojos abiertos. Primer plano del revolucionario argentino ya muerto. Tiene los ojos abiertos. ¿Por qué? Dicen que fue el viento del tramo aéreo entre La Higuera y Valle Grande el que se los abrió. Esta mirada fue inmortalizada por el fotógrafo Freddy Alborta (Clarín)

Pero el piloto llevaba consigo una cámara personal con la que tomó algunas fotografías, que son las que hoy reproducimos. Advertido, Félix Rodríguez exige al coronel Centeno que decomise dicho material. Siguiendo la línea jerárquica el rollo sin revelar va a parar al general Ovando, Comandante en Jefe del Ejército boliviano, quien luego lo depositará en las oficinas de Arana Serrudo en La Paz.

Ícono revolucionario

El rebelde argentino Ernesto ‘Che’ Guevara fue ejecutado en la localidad de Higuera, en Bolivia, el 9 de octubre de 1967. Luego de su muerte, se convirtió en un ícono de los movimientos de izquierda del mundo

En 1966, desde Cuba partió rumbo a Bolivia, convencido de que era el país sudamericano que mejores condiciones ofrecía para una revolución socialista. Pero allí halló la muerte.

Helicóptero traslada el cadáver del Ché
El helicóptero. El cuerpo de Guevara, atado al patín del helicóptero. Voló de La Higuera a Vallegrande. (Clarín)

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